Serviste la tercer copa de vino,
patero por cierto, hábil del buen gusto.
Hace unas horas, por la madrugada
consumido por el insomnio
agasajado por la música.
Naufrago de mares del inconciente
remador de grandes botes
por allí con una linterna en la mano
pusiste un pie en la tierra.
¡Y te hundiste! volaste, nadaste
y volaste otra vez.
Spinetta estaba por su vigésima nota
mas radiante que nunca.
Vení, tomá.
Una pequeña cadena de hombrecitos grises
y unas cuantas rondas de niños grises
se esfuman hasta llegar al blanco.
Encontremonos en un partido de truco
pero sin ganadores ni perdedores
juguemos, juguemos.
Juga vos en mi, yo en vos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario